Vine aquí para conocerte, para buscar todo aquello que necesitaba, pasear por tus desconocidas razones, observarte de día y de noche, explorarme en esas perdidas calles, seguramente buscando explicaciones. Quería comer de tus olores, y beber de tus rincones, aprender de todo lo que me pudieras ofrecer. Pretendía saciar mi inquieta ansia de saber, de necesitar, de llenar un indefinido y largo vacío.
Vine aquí para conocerte, pero ha resultado ser un reencuentro. Un reencuentro de paz y tranquilidad, de intensa serenidad. Disfrutando de cada día, cada minuto, cada instante, sin ser buscado, ni reclamado ni exigido. Y al llegar la noche, en esta habitación y delante de un espejo, he podido ir sacando cada pieza de ropa con una sonrisa o lágrima de emoción. Con cada trozo de tela que se deslizaba hasta el suelo se iba todo aquello que buscaba, no he necesitado nada.
Ni te he buscado, ni te he pensado, ni te he necesitado.
Que fácil es vivir desnudo, sintiendo tu propia piel.
5 guiños:
Es fácil vivir desnudo siendo uno mismo.
Un besazo.
Dicen que uno es realmente feliz cuando tiene encima todo aquello que puediese llevar a cualquier parte.
Poco cabe ya en mis bolsillos pero se que el secreto está en necesitar unos bolsillos más pequeños aún.
Todo lo que me importa en esta vida, cabe en mi alma, en mi corazón y aunque alguna vez me he desnudado para compartirlo, siempre lo he protejido con mi vida, tal como seguiré haciendo...
Un beso! ;)
Hay veces que cuando paseas por primera vez por una ciudad te sientes como en casa, como si hubieses crecido en ella y pudieses encontrar tu casa a la vuelta de esquina.
Esas ciudades marcan para siempre.
Disfrútalo
carome, en eso mismo estaba pensando ahora
gracias
Precioso mi niña, yo sentí también esa sensación en Valencia y me alegro que tu también la hayas sentido.
Mil besos.
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