martes, 28 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Este año he descubierto que la poca Navidad que quedaba en mi cuerpo había sido dibujada con tu ilusión.


Veremos que pasa con el fin de año.

Feliz Navidad Nima.

martes, 21 de diciembre de 2010

Una y otra vez


En mi mente has muerto infinidad de veces. Has resurgido, volado, crecido y has vuelto a morir.

En mi mente has tomado un sinfín de formas. Has cambiado por entero, por dentro y por fuera, estando arriba, estando abajo.

En mi mente has estado con miles de sentimientos. Has sido querida, odiada e indiferente, asustadiza, frágil, mala o rebelde.

En mi mente te he enterrado demasiadas veces. Cada puerta cerrada ha sido un proceso de duelo, con todas sus fases de negación, tristeza y aceptación del hecho.

En mi mente después de un duelo, que cada vez parece ser el último, vuelves a renacer. Vuelves a estar presente. Vuelves a tomar forma. Simplemente, ahora, vuelves a aparecer.

Curioso sentirlo así. Nunca has estado y nunca has desaparecido por completo.

En mi mente vuelves a aparecer….¿será esta vez, otra vez, solo en mi mente?

jueves, 4 de noviembre de 2010

"Hermanas"


Una a una van abriéndose camino.

Una a una emprenden su viaje.

Ellas. Valientes y luchadoras incansables,

llenan sus mochilas de comprensión, paz y seguramente rencor olvidado.

Llenan sus mochilas de palabras que se abren paso.

Solo ellas, solo yo, sabemos todo lo que hay detrás:

un mundo eterno de espera, dudas, silencio e incomprensión.

Un mundo entero de preguntas, soledad, miedos, rabia y dolor.

Y por fin, una a una consiguen gritar bien alto ¡Aquí estoy yo!


Suerte “hermanas”.

martes, 21 de septiembre de 2010

Ahí está mi soledad


Cierro los ojos y puedo ver las imágenes de mi pasado. Lo que he sido, lo que viví, lo que sentí.

Sin darme cuenta una imagen me lleva a otra, siempre anterior. Aparecen dudas. Y al final simplemente soy una niña que apenas sabe andar. Y de golpe nada. Soledad. Busco refugio en esa otra imagen apacible. Esa en la que es de noche. El mar susurra su marea. Se respira a sal y a paz. Abro los ojos y me pregunto dónde estás. Parece un cuento. El cuento de la soledad. No todo tiene sentido. Solo es un recuerdo, casi imaginación, cargado de emoción. Eso es mío y solo mío. Tan mío que ni yo misma lo sé. Mis pertenencias no quedaron en maletas. En las mudanzas no perdí lo que soy. Me cargué de miedos, cansancio e impaciencia. Me cargué de años de experiencia.

martes, 6 de julio de 2010

Palabras sin hablar

Quiere abrirse paso. Está metida ahí dentro y quiere salir. Sabe que es lo mejor. Así que avanza entre la multitud sobrante de pensamientos, de miedos y de vergüenza. Quiere salir espontánea y transparente. Un traspié la enreda con la lengua, cae al suelo y de golpe los labios se cierran sellando la salida. Se queda dentro dolorida. Absurdamente queda a la espera de un nuevo intento. Ha vuelto a fracasar. Solo logra sacar fuera ruidos sin sentido. Es el resultado de la caída. Se siente ridícula e impotente. Una vez más tiene que volver a empezar.

viernes, 2 de julio de 2010

En algún lugar de mi cabeza

Lo recordé.
Pasó hace tiempo, pero mi mente no estaba preparada para lo que estaba viviendo en ese momento y libremente prefirió obviarlo.
Para mí no existía.
Simplemente un gesto, una sensación amenazante y un olvido posterior.
Inexistente.
Lo curioso es cuando de golpe, con un detalle, recuerdas algo que parecía que no ha pasado nunca. Ni siquiera lo recuerdas en el momento en que sucede ese detalle.
Es de otra película.
Parece que ahora mi cerebro ha dado permiso al olvido para el recuerdo.
Podría llegar a cometer el error más grave del mundo, podría cansarme de volver a empezar.
Pero lo recordé.
¿Tendrá más secretos guardados mi memoria?


lunes, 21 de junio de 2010

That's all folks

Sin rastro, sin huella, tan solo un olor que seguramente es más el de la amargura que tu propio olor. Hoy renuncio a parte de mí por respeto a ti. El mundo tan solo es una ilusión donde jugamos a adivinar verdades. Y tú quisiste esconderla, esconderte. Tu quisiste hacerlo a tu manera y a tu manera será.

Seguramente ahora me parezco a ti al dar por perdida una batalla en su inicio. Tú no pudiste enfrentarte a todo contra viento y marea, no pudiste luchar para mantenerme a tu lado. Yo ahora no puedo hacerlo pisando cualquier posibilidad de respeto. Si no puedo encontrarte a mi manera prefiero asumir que no te encontraré.

Siento que hoy empiezo un duelo, siento que hoy para mí es como si hubieras muerto. Si no es así levántate y grita, dame una señal. Tú me dejaste, si quieres tu me puedes encontrar. Yo ya no puedo tirar, solo me queda esperar.

martes, 15 de junio de 2010

El otro lado de la búsqueda



Se esconde en un mar de dudas, de culpa e incomprensión.

Se pregunta qué querrás, que pasará.

Los posibles reproches se clavan en el fondo de un corazón herido, partido por la mitad.

¿Existe lugar al perdón, al agradecimiento, a la paz del vuelo de la esperanza o simplemente al respeto?

El tiempo solo pretende marcar las vueltas del reloj, pero no se conforma con ello y en cada minuto deja en cada una de sus arrugas las noches de soledad, de dolor por una vida injusta, mal llevada o marcada por la crueldad.

¿Se olvidó algún día de ella? ¿Mejor el vacío del recuerdo que me dice que no hay dolor? o ¿el sin vivir de una memoria traicionera, que le dice que tú fuiste alguien un día?

Se pregunta qué querrás, que pasará, ahora que sabe que la buscas.

Sus lágrimas no cesan.

Su voz tiembla.

Sus palabras vuelan.

Sus miedos llegan.

Frágil delante de esos ojos que miran, que interrogan, intentando no juzgar.

Se pregunta qué querrás, que pasará, ahora que delante suyo..... tú....... ya estás.

pd. Para todas esas madres que dieron sus hijos en adopción.


miércoles, 26 de mayo de 2010

Habría que patentarlo

martes, 18 de mayo de 2010

Escapé

Me encontré, sin saber cómo, en esa jaula cerrada llena de animales. Desorientada buscaba por donde salir antes de que despertaran. Me temía su ferocidad, no parecían animales muy dóciles.

Vi el túnel por dónde les llegaba la comida, y pensé que arrastrándome por ahí algún sitio llegaría. Después de todo, la comida seguro que la ponían humanos de mi tamaño, y algún sitio tenía que llegar. Me arrastré en la oscuridad. El olor a comida putrefacta me dificultaba avanzar, pero yo tenía mi objetivo y no pensaba desistir.

Al final del túnel encontré una reja. Pasé mi pequeña mano entre los barrotes, esperando encontrar como abrirla. Necesitaba salir de ahí, el aire me empezaba a faltar. A tientas encontré el pestillo, y logré abrir la reja. No veía donde estaba ni que me deparaba el siguiente paso. Oscuridad absoluta. Empecé a escuchar rugidos a lo lejos, las bestias empezaban a despertar de su larga siesta. Sin saber que pasaría y ayudada por el miedo me empujé al vacio de un salto. Salí del túnel. Y de golpe se encendió una luz. Estaba en una sala enorme, con una puerta que parecía enorme, comparándola por donde acababa de pasar. Me sorprendió gratamente ver que esa puerta estaba abierta a mi paso, así que con la prudencia del quien no sabe que sorpresa más le depara el destino, la empujé. Pesaba, pero conseguí salir. Una vez fuera vi un mundo, el que yo conocía, el que me disponía a disfrutar ahora que estaba en total libertad.

Antes, pero, pensé en cerrar esa puerta, no fuera que los animales lograran escapar. Lentamente por el peso empujé con mis dos manos, pensé que sería suficiente al ver que se movía la puerta en la dirección esperada. Cuando ya estaba casi cerrada del todo llegó un golpe de viento huracanado que la volvió a abrir de golpe. No sé si me lo pareció a mí, pero creo que fue de un rugido de un león. Me paralicé un instante, pero rápidamente pensé que tenía que cerrar esa puerta. Volví a empezar, esta vez ya no solo con mis manos, sino con todo mi cuerpo. Me apoyé en la puerta y me concentré. Quería ser positiva, pensando que así cogería más fuerza y lo lograría antes. A pesar del tamaño de la puerta, a pesar de tener que hacerlo sola, a pesar del miedo, esta vez estaba segura de que la conseguiría cerrar.

martes, 11 de mayo de 2010

Soñando con sus cartas



Recuerda la primera vez que su corazón se paró. Fue en ese momento cuando conoció lo que es estar en estado de shock.

Tan solo contaba con 15 o 16 años. Tan solo era una niña. Recuerda un pasillo lleno de gente llorando por una muerte. Recuerda su espalda pegada a una pared, asustada, y sin querer asomar su cabecita a la puerta a través de la cual la Madre Alicia descansaba definitivamente. Sintió pena, sintió dolor, sintió rabia. Ella esperaba el cielo a través de su mirada. Y de golpe todo esto se transformó. Su madre sin previo aviso, habló:

- Si entre las cosas de la Madre Alicia encontráis unas cartas de la madre biológica de Abril, guardadlas para ella.

Y allí sintió que todo en su cuerpo se paraba. Dejó de respirar. Su cabeza se quedó en blanco y su cuerpo se paralizó. Las palabras desaparecieron y quizá también cualquier tipo de pensamiento. No sabe ni que sintió, seguramente nada. Su garganta se cerró. Gritó sin decir nada. A partir de ese momento su corazón se hizo de cristal. No recuerda un momento igual.

Y ahora, muchos años después, desea que uno de sus sueños le sueñe a ella. Imagina a su madre desconocida, escribiendo a mano su vida: su pelo lacio y moreno se mezcla con unas lágrimas que resbalan. Y con un gesto de culpa rápido la aparta con un dedo, como si así ni ella misma se diera cuenta de su tristeza. Apenas se seca una lágrima asoma otra y, entre ellas, una de muy descarada se posa en el papel, intentando desdibujar cualquier huella de padecimiento. Quiere pensar que una vez dejado todo por escrito, todo acabará. Su herencia son esas palabras.

Ahora Abril piensa en tener esas cartas, envejecidas por el tiempo, entre sus manos. Son mucho más que palabras. Podría ver la delicadeza de un trazo. Podría ver un poco de sí misma. No soporta la idea de saber que hace más de 30 años eso fuera visible para cualquiera, y ahora ella no tiene ni acceso a ellas. No fue un sueño, fue verdad. Se repite las palabras de su madre para recordarse que no lo soñó, esto no. Agotada, por un tiempo en el que se culpaba por buscarlas, por un tiempo de silencio pasado, piensa que todo debería ser más fácil. Podría recorrer a un universo de recursos para encontrar aquello que le pertenece… ¿podría?.... ¿realmente le pertenece?....

Piensa que si ella hubiera querido que la encontrase…hubiera dejado alguna señal…

domingo, 2 de mayo de 2010

En mis recuerdos


Fue hace mucho tiempo. Mucho. Y ahora me acuerdo de nuestra última conversación. Fue en un momento delicado. Cuando yo intenté acercarme a ti tú no estabas. Luego fuiste tú el que no me encontraste. Y siento que a veces hacemos las cosas demasiado complicadas.

Y ahora te vas, sin poder decirte que durante un tiempo fuiste muy importante para mí. No me interpretes mal, no me arrepiento de nada. Sigo pensando que la amistad no entiende de reproches ni bandos, que el amigo a pesar de la distancia y de los desacuerdos sigue teniendo un lugar para ti. El amigo es aquel que sientes que siempre está, no solo en ocasiones señaladas. No es tan importante el contacto, como el sentir que puedes contar. Da igual lo que pase, el amigo siempre tiende la mano dispuesto a aprovechar el momento del acercamiento. A escucharte en todo lo que sientes y te sucede, a todo lo que pueda suceder en tu vida. El interés, la escucha y simplemente estar y respetar. Eso es la amistad.

Lamento que la despedida fuera cruel. Seguro que tú guardaste un buen recuerdo de mí, vestida de blanco. Y yo tengo tu sonrisa grabada en mi mente con un ramo entre tus manos.

No pienses que nunca más me acordé de ti, no fue así. Nosotros decidimos nuestros caminos, y mejor tener este recuerdo bonito que engañarnos aguantando situaciones en las que no nos comprendíamos.

Fue hace mucho tiempo. Y ahora, en casa y rodeada de miles de recuerdos, me acuerdo de nuestra última conversación. Ya no hay reproches ni incomprensión. Solo recuerdos. Y entre todos desde el viernes, cada día tengo un instante para los buenos momentos que compartimos.

Las oportunidades que te da la vida nunca son infinitas. Siempre hay un final. Hay que aprovechar cuando una te llega, nunca sabrás si habrá otra oportunidad mañana, la próxima semana o al año siguiente. Nunca sabes si tu tiempo se acaba, ni si lo que te ofrecen es terminal.

Te quise mucho. Descansa en paz.




viernes, 30 de abril de 2010

Boom-Boom



(boom-boom)

- ¿Estás bien? ¿te pasa algo?
- Estoy bien ¿por qué?

(boom-boom)

- Oigo el latido de tu corazón desde aquí.

(boom-boom)

-Pues si, pero ¿crees que hacen falta palabras?

(boom-boom)

- No, tienes razón, a veces sobran.

- Pues eso, vamos a dedicarnos a no necesitar hablar.

(boom-boom)

jueves, 22 de abril de 2010

Un pequeño regalo para mañana




Nace un nuevo día. Parece que será soleado. Aún sopla la brisa fresca de las madrugadas de primavera. Las nubes se mueven lentamente dejando paso al amanecer. Empieza la función....

Muy pronto la gente se levanta y se pone en marcha: trabajos, colegios, paseos. Pero hoy hay algo diferente. Solo quien está, quien lo vive se da cuenta y lo entiende.

Un pequeño detalle para tus personas queridas se encuentra en cada esquina. Una sonrisa permanente viste las aceras. Los colores inundan cada paso y en el ambiente se respira alegría. Cierto, esto no debería pasar solo un día al año, pero es cuando se concentra que se contagia. También creo que los regalos nunca deben ser porque “toca”, pero esos detalles simbólicos son sentimientos en entrega.

Miles de recuerdos me llegan a la memoria. Y entre ellos, evidentemente tu, siempre tu. Por muchos días, semanas, meses y años que pasen, o hago de este día mi día o sigue siendo tuyo. Me gustaría que este día ya no fuera tuyo, ni siquiera mío. Me gustaría poder hacerlo nuestro, de él, que está a mi lado, y mío. Sé que te gustaría y los dos nos lo merecemos. No me olvido de ti, sigues cada día presente. Sonreiré y disfrutaré, esté donde esté. Por ti, por mí y por él. Feliz Sant Jordi.

martes, 20 de abril de 2010

Siéntelo

Silencia esa mentira, ahógala en tu garganta

Arranca esa palabra y elimina ese deseo de tu lengua

Cierra tus labios y aprieta los dientes

Siente el dolor de las consecuencias de tus actos

Si, hoy, quiero venganza.

lunes, 19 de abril de 2010

Ausente

Ausente. Eso es lo que dice el símbolo amarillo. Hace días que me indica ausente. Se ha ido, supongo que a sus miles de cosas, como cada día. Pero está ahí, le veo, pero realmente no está. Le buscaré más tarde. En algún momento estará. Volverá, seguro que volverá. No puede dejar las cosas así. No es su estilo, aunque después de tantos días ya no sé qué pensar. Esperaré que haya movimiento. Normalmente se nota cuando está. También puedo llamarle, pero no quiero interferir en sus cosas. ¿No se habrá ido del todo? No, me hubiera avisado. Se hubiera despedido. Mejor espero. Paciencia. Ya volverá.


viernes, 16 de abril de 2010

Un minuto de tu tiempo




Estaba sentada en un banco del parque, mirando al horizonte y pensando en nada. Estaba pero no estaba. Parecía que simplemente esperaba que algo la sacara de su estado ensimismado.Esperaba que alguien gritara su nombre con fuerza y la hiciera reaccionar. Eso, en el silencio del espacio, en la soledad del parque, no sucedió.

De la espera de un grito llegó la dulzura del insignificante peso de una gota de agua. Muy despacio empezó a llover. Su mirada vacía se trasladó al cielo. Y las gotas empezaron a descansar en su pelo para ir recorriendo todos los rincones de su cara. No le importaba sentir su alma mojada.

Alguien de lejos la observaba. No sabía si acercarse. Contemplaba los movimientos lentos de la muchacha, y se preguntaba por qué esa mirada tan triste le hipnotizaba. Pensó en ir en su ayuda con su paraguas, pero pensó que ella disfrutaba de estar empapada. Siguió ahí quieto, pensó que solo un minuto más. Hacía frío, y aunque el olor a hierba mojada podía ser reconfortante, no entendía que le mantenía a ella en ese estado.

Podía ser que le diera igual todo, que disfrutara de un momento inesperado, que las gotas fueran cómplices de su tristeza, que esperara alguien en concreto, o simplemente que le esperara a él. Quizá. Precisamente esperaba a quien fuera capaz de dedicar un minuto de su tiempo a observarla, en silencio, y en la distancia.

domingo, 7 de marzo de 2010

Lo que pasa por mi mente



…y a veces callo…por vergüenza o por miedo…

…y espero a que sea el momento adecuado…

...seguramente ahora tampoco lo es…

…y a veces pienso…

...que bonito es poder ser espontáneo y entregarse…

…y siento…siento muy dentro de mi…

que a veces callo, y no debería ser así.


… y a veces recuerdo…

…recuerdo todo lo que puede salir de mi…

…tengo el alma llena…

…se acumula el deseo…

…me ahoga el silencio…

…y a veces recuerdo…

que mi alma está llena de ti.


http://historiasdeabril.blogspot.com/2008/02/entrelazados.html

martes, 23 de febrero de 2010

Ven....


Ven, acércate a mí. No temas por mi apariencia abandonada. Dentro hay todo aquello que quieres, que necesitas. Sé que me echas de menos, cada día un poco más. No te vayas. No lo hagas, por favor.

Ven, te estoy esperando. Respira hondo. Relájate. Sonríe y déjate llevar. Hay tiempo, no hay prisa. No te preocupes por nada, no mires atrás. Sólo disfruta de este momento, aunque no sea lo que esperabas. Todo necesita su tiempo.

Ven, dame la mano. Vuelve a caminar conmigo. El resto no importa, todo queda lejos. Mírame, te estoy esperando. Y te esperaré. Cada día. Cuando anochezca o al amanecer. Todo es más simple de lo que parece.

Ven, no temas. No me iré. Estoy aquí.

Ven conmigo, tu lo deseas y yo también.