Me vengaré de la espera recreándome en cada segundo.
Me vengaré de ese tiempo pasado.
Conseguiré desafiarle y hacer como si no existiera.
Mi venganza está preparada.
Reivindicaré mi recompensa.
Buscaré sus labios con mi aliento.
Sentiré su piel rozando la mía.
Y en ese momento…
…el tiempo no existirá.
sábado, 29 de noviembre de 2008
Mi venganza está lista
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Abandono
Se sentaba enfrente del piano y acariciaba con sus dedos una dulce melodía. Conseguía con eso desconectar de todo, dejarse llevar, y sentir como nunca la música en su interior. En esos momentos sus manos a veces enérgicas, a veces suaves y a veces lentas, se confundían con las teclas. No existía nada mas, desaparecía todo. Su piano se transformaba en su amante, y le acariciaba con dulzura y cariño para oír su respiración, y cuando su pasión se encendía se desencadenaba un ritmo frenético capaz de arrancar gemidos escuchados por todos los vecinos.
Durante una época de su vida tuvo que mudarse varias veces. La primera vez el piano se fue con ella. Eran inseparables. La segunda vez estuvieron un tiempo separados, pero duró poco. Necesitaron reencontrarse, verse de nuevo cada día. Las primeras noches después del reencuentro se seducían mutuamente marcados por la huella de la distancia. Lentamente el tiempo, el trabajo, y quizá algo mas hizo que no se buscaran tanto, sus momentos mágicos se fueron espaciando. Estaban juntos. Ella sabía que él estaba a su lado, que siempre que ella quisiera estaría dispuesto a dejar reposar sus manos encima de él. Le fue abandonando, mientras él esperaba el momento en que ella se acercara para conseguir aislarla del mundo entero, unirse los dos.
En su tercer traslado tuvo que tomar la decisión de qué hacer con su piano. Pensó que lo mejor, debido a la falta de espacio y las pocas noches dedicadas, seria venderlo. Le costó hacer el paso. Dudó mucho y lloró. Pero al final lo hizo….lo vendió.
Ahora, con el tiempo le echa de menos.
Ahora, con el tiempo piensa que se equivocó.
martes, 25 de noviembre de 2008
Sigue escaseando
A veces deberíamos conocer al que tenemos delante, a ese que llamamos amigo, pareja o pariente, a ese que decimos querer. Saber cómo es, cómo piensa, cómo siente, qué hace y qué le mueve a hacerlo, qué necesita y cómo y cuando lo necesita, y aunque no estemos de acuerdo, no lo veamos igual, simplemente respetar. Veo que sigue siendo difícil, pero amiga, yo he comprobado que aún escaseando, este completo existe.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Lazos sanguíneos
lunes, 10 de noviembre de 2008
Realidades, sueños o deseos
Se despertó con su corazón bombeando preocupación. Tuvo que serenarse. Nada de eso tenía que ver con lo que tenía a su alrededor, tan solo había sido un sueño. Nada. Nada tenía que ver. Eso no se podía repetir, para nadie. Recordó que…. tan solo había sido un sueño. Y aunque le costó, se volvió a dormir. Esta vez para correr en pijama por la calle, para ir de casa en casa gritando que todo iría bien. Creía a ciegas que ella podía encargarse de que fuera así. Repetía obsesivamente “No os preocupéis, todo irá bien”. Daba igual que se rieran de ella, que pensaran que estaba loca, que no la comprendieran, que la encerraran… daba igual todo. En realidad daba igual porqué todo volvía a ser un sueño.
Se despertó con su respiración agitada. Se despertó para convencerse de que por mucho que soñara, por mucho que quisiera evitar cualquier tipo de sufrimiento, por pequeño que fuera, ella nada podía hacer.
Pasó el día, aparentemente como cualquier otro, pero al llegar la noche seguía intentando convencerse de que ella nada podía hacer. Se resistía, eso no podía ser.
viernes, 7 de noviembre de 2008
La Propuesta
En una cena informal, divertida y sorprendente a la vez, salió en forma de broma. Esas bromas que dan en el clavo. Mi cerebrito se puso en marcha, cautamente… no le gusta levantar polvo a la descarada.
Y una semana más tarde...me encuentro otra vez hablando del tema y en serio. Muy en serio.
Podría decir que quizá me lo esperaba, o quizá no.
Podría decir que la vida y la gente no dejan de sorprenderme.
Podría decir que es un deseo.
Pero solo diré, por ahora, que no puedo dejar de sonreír.
Hay propuestas encima de la mesa.
Extrema confianza.
Experiencia.
Calma.
Tiempo.
Me gusta la idea.
Sí, me gusta mucho la idea.
Solo eso, ya vale la pena.