miércoles, 19 de marzo de 2014

De él para ti

Por la paciencia que tienes cuando yo me impaciento.
Por acabar tan mojado como yo cuando me bañas.
Por tus juegos y sonrisas cuando yo estoy enfurruñado.
Por seguir buscándome aunque ya sabes dónde me he escondido.
Por no enfadarte cuando mis mocos acaban en tu traje.
Por dejar que te use de cojín cuando me cuesta dormir.
Por repetir mis balbuceos sin sentido una y otra vez.
Por crear un entorno en el que siempre esté acompañado con esos dos que a veces destrozan mis juguetes.
Por entenderme aunque no sepa explicarme.
Por ponerle voz a Tanguito e invitarme a hablar con él.
Por saber en que momentos necesito que me dejes solo, a mi aire.
Por no alterarte ni enfadarte con mis cabezonerías.
Por salir en mi búsqueda cuando echo a correr.
Por consolarme en las noches en las que no te dejo dormir.
Por escribirme un pedazo de mi aún cuando no se leer, para que cuando sepa hacerlo construya mi vida con los pasos de mi pasado.
Por los besos que me enseñas a dar mostrándome el ejemplo en mis mejillas, en la barriga e incluso en los pies.
Por mostrarme la magia de la luna, del mar, de los animales, la música y de la amistad.
Por dejar todo de lado para estar al mío.
Te quiero papá.




lunes, 17 de marzo de 2014

Con los ojos cerrados.

Ayer me acordé de ti y hablé de ti.
Apareciste por sorpresa desde lo más oscuro de mi ser.
Volví a llorar. 
Te hiciste indispensable para mi.
Sin sentir que había otra salida te seguí. 
Si con los ojos cerrados busqué dolor lo conseguí.
No es fácil aceptar que he perdido la jugada. 
Aunque te pedí que ahora no me abandonaras, me diste la lección de que no elegimos, a veces simplemente es el destino.
Voy recordando lo que soy, asumiendo que las cosas no suceden porqué si. 
Tengo que elegir otro camino.
No tengo claro si estoy mejor sin ti.
Ni si todo ha llegado a su fin.

martes, 4 de marzo de 2014

Aparentemente normal

Todo parece ir bien, todo es aparentemente normal. Todo marcha y parece que se avanza, sin saber muy bien el rumbo ni el destino final, eso quizá ya no tiene importancia. El día a día es lo que prima.
Y detrás de todo esta vida completa se extrae de su cuerpo y se observa: hay un mundo exterior y otro interior, demasiado íntimo y silenciado. Verse desde fuera reflejado por un espejo, por un interlocutor que da en el clavo o simplemente por el arte de observar y contemplar la escena, produce como mínimo una sensación de extrañeza. 


Hay una parte cerrada con llave que alberga miedos, inseguridades y desconfianza. Se siente vulnerable, frágil, mantiene cerrado un sufrimiento que por mucho que cicatrice no se olvida. Esa parte anclada en el pasado aparece creando barreras y muros altos, aislándose cada vez más. Paradójicamente no es lo que desea, solo intenta protegerse y es así como ha aprendido a hacerlo. Aparece con algunos cambio, sin avisar.


La otra parte, esa visible, sonríe, juega, salta, baila y disfruta del presente creando un futuro motivador. Esa parte descansa por las noches con la sonrisa de saberse acompañada, desconociendo la soledad. Es luchadora, valiente, segura y mantiene la serenidad. Puede ser irónica, juguetona, y sabe dejarse llevar. Esa es la que desea unificarlo todo.