Una a una van abriéndose camino.
Una a una emprenden su viaje.
Ellas. Valientes y luchadoras incansables,
llenan sus mochilas de comprensión, paz y seguramente rencor olvidado.
Llenan sus mochilas de palabras que se abren paso.
Solo ellas, solo yo, sabemos todo lo que hay detrás:
un mundo eterno de espera, dudas, silencio e incomprensión.
Un mundo entero de preguntas, soledad, miedos, rabia y dolor.
Y por fin, una a una consiguen gritar bien alto ¡Aquí estoy yo!
Suerte “hermanas”.
6 guiños:
Y tú has colaborado mucho en que den ese paso, no lo olvides. Muack
Ahora se que el final no es el adiós, es el olvido
Que tienes que cerrar puertas para poder abrir otras
Y si no puedes olvidarlas serán como el gruñir de una bisagra los días de viento.
Notas su presencia,
te advierten de la corriente en cada portazo,
en cada latido
imprevisto
Y no puedes pensar en un día sin aire, en un día sin latido
Secuéstrame, no le digas a nadie que me he ido
Aunque sea un rato, déjame respirar el aire del que nunca te has ido
No te esfuerces, no prepares mi epitafio
Un adiós no es el olvido
Hoy deseo comentar tu historia, y aunque no conozca a tu "hermanas", confío no en la suerte que puedan tener, sino en las ganas que tengan de seguir luchando, y lo más importante, si sus mochilas llevan ese equipaje seguro el caminar es más fácil, la paz y las palabras no pesan y mucho menos el rencor olvidado.
Muy buen articulo, estoy casi 100% de acuerdo contigo :)
Saludos, muy interesante el post, espero que sigas actualizandolo!
Hermanas y... ¿hermanos?
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