martes, 3 de abril de 2018

Visita al médico

Llevo días pensando en mi última visita al médico. Mi médico de cabecera es todo un personaje, altivo, serio, con mirada penetrante, muy seguro de lo que dice. Vamos, que te da una imagen de tener controlado el tema y de mucha profesionalidad.
El motivo de mi visita fue porqué llevaba días con dolores muy fuertes en el pecho, en  alguna ocasión llegué a temer un ataque al corazón, luego recordé los síntomas de la ansiedad, el estrés, etc. Lo peor fue cuando además de esos dolores en el pecho empecé a tener dolores de cabeza constantes y a diario.
Durante la visita me examinó detenidamente. Revisó mi vista, oídos, garganta, pecho, me hizo toser, respirar profundamente, andar. Me preguntó sobre mi vida, mi trabajo y mis aficiones.
Al final, sin mediar palabra, vi que escribía en un papel de recetas. Me lo entregó, aún en silencio, con un gesto inclinando su cabeza y algo que me pareció como un guiño.
Al salir miré la receta donde había escrito: "Necesitas reír".
Llevo días pensando "¿Se estuvo riendo de mí?"