martes, 14 de octubre de 2014

Inicio

Llegué a ti a través de alguien especial. Me descubrió tu mundo y contigo otros mundos que me fascinaban, me trasladaban a otros espacios fantásticos. Eras desconocido para la gran mayoría de mi entorno, solo algunos pocos podían acceder a ti. Empezaste a ser una herramienta indispensable en mi vida, eras mi espacio, mi desahogo, mi armario mental. Eras mis atardeceres y mis noches. Eras mío.
Ha pasado el tiempo y tu sigues aquí, esperándome, sabes que te necesito. Pero las cosas han cambiado. Poco tiempo en el que poder encontrarse tranquilamente, sin prisas, ordenando las palabras, ordenando mi cabeza. Siempre acostumbraba a acompañarnos una banda sonora, diferente en cada caso, que se adaptaba al momento de forma perfecta.Tampoco hay tiempo para bandas sonoras.
Y temo, temo que puedas herir, dañar a alguien. Ya no eres tan invisible ni discreto. Aunque pensándolo bien, con el paso del tiempo quizá has vuelto donde empezaste, en la sombra.
Sin embargo sigues aquí y me perteneces. 
Si me sentía renovada después de pasar un rato juntos y me hacías creer de nuevo en ideales, este te aseguro que sería un buen momento para tomarnos (de nuevo) un café juntos. No veas como está el mundo.