Se pasa horas delante de ese lienzo retocando sus pinceladas. Mientras la luna se asoma para saludar a su ventana y él confunde la noche con el día, todo se le hace uno sin darse cuenta, no puede dejar de pensar en el. No hace mucho que empezó con ese cuadro, pero siente que es su obra maestra, esa es su oportunidad.
Da un paso atrás y lo observa con objetividad: los colores se mezclan en todas sus tonalidades, tiene luz, algo mágico que le confirma que esta vez ha salido de sus manos algo diferente, especial.
Pero algo le inquieta…no sabe que es. Se pregunta si será el tener que desprenderse de su obra, si es la imagen creada, o sus colores. Piensa también en el día tormentoso en el que lo inició. Recuerda ese día: cerró los ojos, empezó a soñar y se dejó llevar. Echa de menos eso. Echa de menos cerrar los ojos y soñar. Se consuela pensando que quizá sus hábitos han cambiado y sus sueños son su realidad, lo que tiene delante. Pero sigue mirando su obra y siente que algo no está bien. Y ya no sabe si es mas preocupante saber que cuando siente que algo no está bien, es porqué no está bien, no saber exactamente que color es el que no encaja, o como terminar con unas buenas pinceladas.
1 guiños:
"Para que algo cambie dicen (y yo estoy totalmente de acuerdo) que hay que cambiar algo"... su único inconveniente es que lo nuevo excita, emociona y por lo general nos da algo así como pánico escénico cuando tomamos consciencia de que el paso esta dado.
Renovarse es vivir. Disfrútalo!!!
Besos desde mi alma
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