¿Y que hace ella allí sentada retomando viejas costumbres?
No hay motivo ahora para ello. Pretende ser la misma, y no lo es.
Sus rutinas han cambiado.
Pero hoy se queda ahí (como antes) con una mano vacía y la otra que la intenta llenar. Tiembla al alargar el brazo para alcanzar lo que hoy busca, le invade la frustración de no llegar. La recoge en si misma, y el resto del cuerpo la acompaña. Las paredes en las que construye su vida pueden ser demasiado altas. Lo sabe. No quiere poner mas ladrillos a esos muros, y quizá por eso hoy, asustada, se obliga a mantener esas manos ocupadas.
Y cuando ya es tarde se da cuenta que no tiene nada que contar. Encerrada y con sus manos atadas se esfuerza en vano. Le llena la rabia por dentro. Ni sus anteriores costumbres la ayudan a salir. Suspira, resignada, y baja la cabeza. Su gesto de disgusto la hace reflexionar: es hora de irse a casa y piensa que mañana quizá, si no es demasiado tarde, lo volverá a intentar.
2 guiños:
Siento que escribiste eso basado en mí. No sé si es mi paranoia o tu texto que me llegó tanto... Sí, creo que esto último.
un beso (:
Cuando fue la ultima vez que se sintio que los muros los ponia ella, y que era capaz de derrumbarlo, aquel nos construimos y no es nada mas que muro de papel... yo penasria en ese momento para poder ir quitando ladrillo a ladrillo hasta que pueda ver la cara sonriente de la vida...
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