Hace ya mas de un año que empezó una búsqueda. Treinta y tantos años son suficientes para prepararse para ese momento. Treinta y tantos años son demasiados sin saber.
Te buscaba a ti, a los orígenes que tu le podías dar.
Buscaba entender porqué a veces las noches eran días, y su vida se llenaba de confusión.
Buscaba tener los pies en el suelo cuando, por falta de raíces, sus brazos echaban a volar.
No tenía nada que ver con el afecto ni con tener una familia. No busca lo que ya tiene.
Después de todo este tiempo, de acercarse a ti y verte a través de su espejo, ha visto su verdadera vocación.
Sigue pensando en ti, en tu existencia, en tu presente y en tu pasado. Sigue su camino que ya empezó. Las direcciones que ha tomado son las que le marcan profundamente su corazón.
Se le ha abierto un mundo real, ya no está solo en sus sueños de niña pequeña.
Quiere dar, aportar y apoyar, crecer y entender. Entenderte a ti, a su MADRE, y a ella misma, y con eso entenderlas a ellas, a los pequeños, y a sus familias.
Sabe que no es un mundo fácil, pero está convencida de que su sitio está ahí.